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El Arte de Oceanía comprende los estilos, técnicas y tradiciones que reflejan las distintas culturas que jalonan este continente, marcadas por su insularidad, que ha provocado un sinfín de rasgos culturales en las distintas islas y archipiélagos, que durante mucho tiempo estuvieron aislados del mundo exterior.
Desde la época prehistórica se desarrollaron distintas culturas, producto de las distintas olas de migraciones de los pobladores primitivos. Antes de la llegada del hombre occidental que supondrá un nuevo tipo de mestizaje, se distinguían, y aún se distinguen, tres grupos étnicos principales: los aborígenes australianos, los papúes, principalmente presentes en Nueva Guinea y los archipiélagos cercanos, y los descendientes de los austronesios, presentes en Oceanía Cercana y Oceanía Lejana incluyendoMicronesia, de los que proceden los pueblos polinésicos que habitan dentro del gran triángulo polinésico (Hawái, Rapa Nui, Nueva Zelanda). Cada etnia generó distintas y variadas civilizaciones en los archipiélagos aislados que forman el continente oceánico.
El arte oceánico se caracteriza por su temática generalmente religiosa y de culto a los antepasados, y por un tratamiento mágico -simbólico y una estilización y esquematización geométrica de las formas, llegando a veces al simple signo.
La primera cultura desarrollada observada en la zona fue la lapita (1.500-500 a.C.), originada en el entorno de Nueva Guinea y extendida por la Polinesia occidental (islas Salomón, Vanuatu, Nueva Caledonia, Fidji, Tonga y Samoa, principalmente). Se caracteriza por su cerámica decorada con motivos dentados hechos con peines o púas, así como objetos de obsidiana y conchas. Entre el 500 a.C. y el 500 d.C. continuó la colonización hacia Micronesia, Melanesia y Polinesia oriental (islas Sociedad, Marquesas, isla de Pascua, Hawai), aunque en estas primeras fases no se han hallado numerosos vestigios, excepto algunos utensilios y abalorios, principalmente de conchas. En Australia destacan las pinturas rupestres de los aborígenes australianos, que son bastante esquemáticas, llegando a la simplificación geométrica.
Las armas, objetos importantes para la vida en el Sepik, pueden estar cubiertas de formas, esculpidas o pintadas y llegan a ser verdaderas obras de arte. Aparte de la presencia de las armas, los confhctos armados entre los Sepik se caracterizaban por la pintura corporal que se aplicaba sobre los cuerpos de los guerreros. Nada es ornamental ni arbitrario, sino que todo tiene una función, como por ejemplo aterrorizar al enemigo o hacer más eficaces las actuaciones emprendidas. Por otra parte, en las Casas Tambarán se encuentran unos escudos muy ornamentados. No se trata exclusivamente de elementos defensivos, sino investidos de un gran poder psicológico. Cada escudo lleva el nombre de un ancestro y está asociado a la persona que debe ser vengada. Originalmente se realizaban para una ceremonia, previa a la Caza de Cabezas. El escudo es propiedad del guerrero y está asociado a su persona y cuando muere se destruye. Es un elemento tan asociado a lo sagrado que unía la fuerza del hombre que lo utilizaba y el ancestro representado por el.nombre del escudo. Tal creen que es su poder, que el enemigo debe rendirse con sólo verlos.
A pesar de las diferencias existentes entre los diferentes grupos de habitantes de la cuenca del Sepik, se han establecido una serie de elementos recurrentes en todas sus manifestaciones arústicas. Por ejemplo, es muy habitual encontrar narices fálicas, exageraciones del rostro y la cabeza, entre otros. Así mismo, las técnicas escultóricas se caracterizan por la indusión de barro en muchos casos, ya sean obras talladas como ensambladas. Por lo que se refiere a la decoración, habitualmente ésta presenta motivos geométricos (triángulos, zig-zag, cenefas curvilíneas, círculos concéntricos...). Cabe tener en cuenta que los pueblos del Sepik no establecen una diferencia entre la función del objeto y su valor decorativo, como tampoco hay separación entre mito, rito y vida cotidiana.

